Se hizo la luz.

Las personas a las que vaya dirigido esto sabrán perfectamente de qué hablo. Pongamos nombres en clave para hablar de nuestros dos sujetos...¿qué tal Ana el uno, Mía el otro? Esas dos tan populares entre la gente de nuestra edad, tanto que algunos caímos en el enorme error de hacerles caso, de guiarnos por ellas, de estar totalmente sometidas a esas dos pesadillas.
Aquí he de poner algo que capte vuestra atención para que, por favor, sigáis leyendo, puesto que este no es otro blog que narra una vida de pesadumbre, tristeza o soledad, ni es tampoco un blog que hable de lo que Mía te ha hecho hoy y cómo Ana vino después a hacer de ''salvadora''. Lo era en su pasado, y lo era profundamente...


Y si hasta aquí habéis seguido leyéndome, os revelaré el motivo de esta entrada, del por qué he ido dejando mensajes para que leáis esto en vuestros blogs y en los chats de princesas.


El motivo único es que yo hasta hace menos de un año, ¡qué digo!, hasta hace unos meses, estaba como he estado toda mi vida, como vosotras, no tengo que explicaros lo que sentía, lo que hacía, lo que escribía o sufría, vosotras lo sabéis de sobra...''esto nunca va a cambiar, nunca seré feliz, estaré siempre en el fondo de este pozo interminable, sin ver nunca más la luz, no sé qué hacer, llorar, llorar, llorar, no paro de pensar que quiero que todo acabe de una vez...nunca me dejarán en paz''. ¿Os suena? ¡Cómo nos hacen sufrir esas dos insaciables!


Pero cuando más creía que las columnas de madera podrida que sujetaban mi mundo se vendrían abajo de un momento a otro, se hizo la luz. No entiendo aún qué trajo a mi vida la razón para que las dos populares pasaran a un segundo plano, o incluso a un tercero...lo que sé es que llegó. Y todo cambió. No os mentiré, no os diré que las haya expulsado totalmente de mi vida, no os negaré que aún sigo yendo a terapia y sí, sigo teniendo algunos problemas con ellas, pero el peso de tenerlas en mente cada hora, minuto, segundo, se ha ido. Ya no existe.


Quería contaros esto porque recuerdo, y como si fuera ayer, porque fue ayer mismo, cómo tu mente no te deja ver salidas que no incluyan un final trágico, cómo nos anula la capacidad de pensar en positivo, cómo se nos meten hasta el alma y nos dominan, y siento la necesidad de que sepáis que...hay salidas!

Lo único que nos hace falta es encontrar una fuente inagotable que nos de la fuerza necesaria que nosotras no encontramos para hacerles frente. En mi caso, mi fuerza se llama Mel, mi chico, y es el que ha abierto mi mente y dejado que entre la luz en ella, el que me da mil salidas que yo nunca hubiese sido capaz de ver, porque no pudiese o porque no quisiese verlas ni pensarlas. Por todo eso y por lo que me da, tengo que darle las gracias, por ser la fuerza mayor en mi vida :) Además, fue el quien me dió la idea de que escribiese algo para vosotras.


Y a lo que iba, que para superar el sometimiento de A y M os prometo que sólo necesitamos buscar algo que nos de esa fuerza que nos falta, y os lo digo de corazón. No soy una madre preocupada por su hija ni una persona que nos crea estúpidas o niñatas, soy una chica que lo ha vivido y lo vive, pero ahora, al menos, veo brillar la luz.


Eso sí, es imprescindible que seáis vosotras las que queráis buscar o ver esa fuerza.

:)